Como surge este grito, surge de un artículo de opinión del mundo, escrito por Pedro Simón, en su columna A SIMPLE VISTA.
Este columna, se titula “rescaten los bares”, y con su permiso, hare mías algunas de sus palabras.
Después del clamor y el grito de la población, de rescatar el pequeño comercio, porque nosotros no íbamos a ser menos. Somos ese pequeño local o elemento común en muchas calles de nuestras ciudades, donde la población se nutre de conocimientos, sonrisas, suvenires y mantiene su mente ocupada entre letras y pasatiempos.
El 14 de Marzo, fuimos reconocidos, como un servicio esencial, para garantizar el derecho a la información de los ciudadanos bajo el estado de alarma. Nos encontramos de repente, en tierra de nadie, después de años y años, en agonía, debido a no estar actualizados ni regularizados y solo regidos por una normativa de 1972.
Muchos sin pensarlo ni dudarlo demasiado, decidimos permanecer abiertos, aun bajándonos entre un 50-60% las ventas, pero dispuestos a prestar el servicio, al cual debíamos proteger. Y que nos encontramos:
- La nula o escasa presencia en los medios de comunicación, que seguíamos abiertos y proporcionando prensa, a una generación que está reñida muchas veces con las tecnologías. En estos medios, simplemente ni tan siquiera se nos nombraba para que ese sector de la población, pudiera ponerse en contacto con nosotros para proporcionales su prensa diaria, porque digo esto, porque ahora que algunos de mis clientes han reanudado su vuelta a esta nueva normalidad, su primera pregunta ha sido, ¨”pero habéis estado abiertos? Si lo llego haber sabido te habría pedido la prensa
- Nos encontramos, que al no poder demostrar esas pérdidas del 75%, algunos no nos podíamos acoger a ningún tipo de ayuda, y hemos tenido que tirar de nuestros ahorros, o de la ayuda de nuestras familias.
- También descubrimos que tanto distribuidoras como editoriales diversas, han negociado ayudas para el sector pero sin contar con los vendedores. Han negociado cosas tales como la reducción del IBI, pero solo atañe a los locales en propiedad, no a los inquilinos ni a los quioscos de calles, que estamos bajo el impuesto de ocupación de la vía publica, de cada ayuntamiento. Por lo tanto, no nos consideramos un pretexto para ayudas sino parte de la solución a muchas problemas, ya que aunque no lo quieran reconocer, para que ellos funcionen y salgan adelante nosotros debemos trabajar en las mejores condiciones
- Ahora vamos a sumar, la aprobación el pasado 22 de abril, en el BOE, un real decreto en el que se incluye la bajada del IVA de los medios digitales, del 21% al 4%, una reivindicación, por cierto, de los editores la cual llevaban mucho tiempo detrás, y que ahora, les coloca en una posición muy ventajosa para bajar el precio de las suscripciones digitales. Con ello, no quiere decir que interntet sea fiable, y se ha demostrado en esta época de bulos y fake news, que la rapidez no va a acompañada de la veracidad, y tal vez, debamos recordar el claro refrán, «que el papel si lo aguanta todo». Y añadamos, que la gente sigue queriendo leer gratis aunque sea en internet, donde últimamente les dejan las migajas.
Y ahora me diréis, vaya momento para pedir cosas, ahora que todo el mundo está en crisis, pero, os voy a decir que nosotros llevamos en crisis desde 2008, desde el pelotazo de internet y de la era digital, pero también venimos arrastrando muchas carencias y problemas durante años atrás, y aunque sea un coñazo, y seguramente no sigáis leyendo desde aquí, os voy a contar la vida de un quiosquero, desde el interior.
Empezare primero por lo feo, lo malo de este oficio:
Venimos dirigidos por un distribución en forma de Monopolio encubierto, todos aquellos que tienen una empresa, compran a quien quieren, y lo que quieren, pero aquí nos topamos con las distribuidoras de Prensa Nacional, y Revistas del sector.
Estas distribuidoras te mandan la mercancía que quieren, las cantidades que quieren, durante la semana. Mercancías que muchas veces, debemos de pagar por adelantado, y en algunos caso con un único derecho de devolución de lo que no vendas o no quieras, devolución, que por cierto es aplicada a la semana siguiente, y muchas veces, demasiadas diría yo, con fallos y errores, facturas para economistas con una carrera universitaria.
Con esto, que queremos decir, que estas distribuidoras teniendo un fondo editorial mucho más que amplio, no podemos acceder a este y elegir la cantidad y lo que queremos recibir de cada una de las publicaciones que existen en el mercado.
A esto añadiremos, que te cobran, lo que ellos llaman trabajos auxiliares o gestión de servicios, resumen, “los portes de toda la vida”. Cobrados por ambas distribuidoras, aunque solo reparte una de ellas, y dependiendo de qué distribuidora sea, le corresponde un importe u otro, y todo ello a la semana, en un cálculo rápido os diré, que venimos pagando 38 euros semanales, 152 mensuales y 1824 euros anuales, y ya os dejo para vosotros el cálculo de toda una vida en un quiosco. Y sin olvidarnos, que todo esto sale de nuestras ganancias, que son el 20% del PVP de venta, de revistas y periódicos (0,20cts cada periódico y lo mismo, para las revistas)
Como no quiero, daros más la paliza, me olvidare de explicaros el tema de las mercancías, que nos llegan atrasadas, de meses anteriores o incluso de años anteriores. Y también, me olvidare del FUERA DE PLAZO.
Como en este problema, no solo hay un culpable, sino que existe un segundo personaje en esta historia, que consiente muchas de las anteriores tretas e inventa las suyas propias.
La más significativa es, que ante la bajada de ventas de sus productos, utilizan a nuestros propios clientes para que se suscriban a un precio más barato, y con servicio a domicilio. Estos medios, nos dicen que les proponen recogida en los puntos de venta, pero sabemos por nuestros clientes que si no piden esta opción, estos medios ni la ofrecen.
Así que como veis, no solo es la bajada de las ventas, la ya manida crisis, o internet, sino que ellos, distribuidoras y editores, son las que nos llevan al cierre, con su sistema ABUSIVO
Y CONCLUYENDO, os diré que no quiero que nos regalen una subvención o una ayuda, sino que me dejen ganarme la vida con este oficio de una manera digna, porque somos importantes en los barrios, y en las ciudades. Se nos considera muchas veces como algo reseñable de la ciudad, algo característico y único. Somos un lugar de confianza, para nuestros clientes, un punto de información turístico y de recomendaciones hosteleras de nuestros vecinos. Al final y al cabo, somos como yo quiero llamarnos, los SERENOS 2.0.
Y que pedimos, pues algo tan sencillos como imposible, una estrategia conjunta y regulada, entre editores, distribuidoras y vendedores. Algo que recupera la confianza entre las tres partes del sector.
Podríamos decir que los puntos a tratar entre las tres partes del sector serian:
- Crear un código de buenas prácticas, para restablecer la confianza entre todas las partes del sector
- Una digitalización consciente de cada punto de venta
- Y por fin, modernizar con una ley nuestro sector, al igual que se hizo con las gasolineras para protegernos en un futuro.
- Y como no, ir de la mano en muchas cosas, con cada uno de nuestros ayuntamientos. Con reuniones, particulares para cada ciudad.
- Que exista la posibilidad, que las publicaciones no se salgan, de nuestro canal de venta. No es posible, que se puedan vender en tiendas de alimentación o grandes supermercados, las revistas o prensa que nosotros vendemos en nuestros locales.